Edimburgo y excursión a las Tierras Altas en 4 días

¡Hola viajer@s!

Llevábamos mucho tiempo con ganas de Edimburgo y por fin, vimos el momento. El puente de La Almudena de 2023 nos fuimos a visitar la mágica capital escocesa y tanto la ciudad como los paisajes que vimos, superaron todas nuestras expectativas (y eso que eran altas). 

Una ciudad mágica y literalmente, porque si eres fan de Harry Potter hay múltiples escenarios y referencias a las películas y además, muchas leyendas fantasmagóricas de la ciudad que hacen que haya incluso tours específicos para recorrer de noche los callejones que la comprenden.

Cosas que debes saber antes de viajar a Edimburgo

1. Lo primero de todo y como ya sabrás, pertenece a Reino Unido y por tanto, ya no pertenecen a la Unión Europea por lo que es completamente obligatorio para viajeros españoles, tener pasaporte. 

2. La moneda oficial es la libra, en algunos sitios pueden aceptar euros pero lo más cómodo, al menos para nosotros, es pagar todo con tarjeta. Por ejemplo la tarjeta Revolut tiene muy buenas comisiones para pagar en el extranjero y es tipo monedero, la recargas sin necesidad de asociarla a ninguna cuenta. Es nuestro imprescindible cuando viajamos a lugares con distinta moneda.

Cómo llegar del aeropuerto de Edimburgo al centro:

A parte de en transfer privado o taxi, puedes llegar en unos 40 minutos del aeropuerto de Edimburgo al centro de la ciudad en autobús.

Nosotros cogimos el de Airlink 100 y disponía de huecos para maletas y espacio para el carrito de nuestro peque sin problemas. En el siguiente enlace podrás consultar los horarios, compañías y rutas disponibles: https://www.lothianbuses.com/our-services/airport-buses/ 

Cómo organizar mi visita a Edimburgo.

Es una ciudad preciosa y lo suficientemente pequeña para poder disfrutarla en un fin de semana.

Nosotros fuimos 4 días, dos enteros más el de ida y vuelta (llegando bastante tarde) y pudimos ver todo lo importante de la ciudad incluyendo entrada al Castillo y al Palacio y además, hacer una excursión a las Tierras Altas de Escocia durante un día completo. Y por si te quieres hacer una mejor idea, viajamos con un peque de año y medio en carrito 😊

Por supuesto, todo dependerá también de si quieres hacer tours, visitar museos, etc…

A continuación, os cuento nuestro itinerario por si os ayuda a organizar vuestro viaje:

Día 1. Llegada

Llegamos bastante tarde a la ciudad de Edimburgo, en torno a las 20.00h así que, nada mas bajar del bus en la parada más cercana a nuestro hotel, nos dirigimos a cenar. Cenamos unas hamburguesas en un restaurante llamado MBM y la verdad que estuvo genial. De ahí, nos fuimos directos al hotel que estaba a escasos 5 minutos al lado de la famosa calle Royal Mile Street.

Día 2. Centro ciudad – Castillo de Edimburgo y Calton Hill

La capital escocesa no es muy grande y se divide principalmente en dos partes, la ciudad nueva y la vieja. El primer día, vimos todo lo imprescindible de ambas incluyendo la visita al Castillo de Edimburgo. Dejamos únicamente de la parte nueva el barrio de Dean Village para el día de vuelta (muy recomendable visitarlo). 

Nuestro hotel se encontraba en una calle perpendicular a la Royal Mile Street así que, partimos desde ahí para recorrer toda la ciudad vieja.

La Royal Mile es la calle más larga de Edimburgo y mide exactamente una milla escocesa, de ahí su nombre. Va desde el Castillo de Edimburgo hasta el Palacio Holyrood.

Paseándola, te darás con la Catedral de St Giles cuya entrada es gratuita además de otros edificios emblemáticos como el Banco de Escocia, el Tribunal o el Parlamento.

Desde la catedral, fuimos hasta una de las calles más míticas de la ciudad, Victoria Street. Aprovechamos para entrar en una tienda que vendía muchos artículos de Harry Potter.

Tras pasar por Victoria Street nos dirigimos al Cementerio Greyfriars. Sin duda, es otro atractivo turístico de la ciudad y es que, está cargado de misterios e historias entre las que se encuentra la de Bobby, un perrito que estuvo junto a la tumba de su dueño durante 14 años y cuando murió, debido al cariño del pueblo, fue enterrado también allí. Tiene un lugar privilegiado en el cementerio con una escultura de él mismo.

Entre otras tumbas famosas, se encuentra la del mismísimo Tom Riddle (Lord Voldemort en Harry Potter).

A continuación, fuimos a visitar la plaza de Grassmarket, que tiene mucha vida y es como todo en esta ciudad, mágico y bonito.

Desde allí, paseamos bordeando los preciosos Jardines de Princess Street, limitando con la parte nueva de la ciudad. Las vistas del Castillo de Edimburgo desde aquí son inmejorables.

Tras hacer unas cuantas fotografías, subimos al Castillo de Edimburgo. Eran aproximadamente las 12 de la mañana así que, decidimos pagar la visita y estar allí hasta la hora de comer. Dudamos mucho de si merecería la pena o no pero lo cierto es que sí, sin duda! No es la típica visita a un castillo, es más una pequeña ciudad medieval amurallada. De hecho, es una antigua fortaleza que está ubicada sobre una roca de origen volcánico.

Compramos la entrada online desde allí mismo como nos indicó el chico de la taquilla para ahorrar tiempo. El precio es de 15 euros por adulto (no es una visita guiada, si la qusieras, cuesta en torno a 40 euros).

Hay diferentes edificios del castillo y salas a las que acceder y en una de ellas, se encuentran las Joyas de la Corona Escocesa. 

- Si vais con carrito de bebé como nosotros, podéis aparcarlo fuera de las salas que requieran subir escaleras y subir con el peque en brazos o bien, turnaros si vais más de uno con el niño. De todos modos, gran parte de las salas están a pie de calle. La conducción con el carrito por la fortaleza no es muy cómoda porque es todo empedrado pero es aceptable. Si sois de apañaros con porteadores, mejor aún.

Tras acabar la visita por el Castillo, regresamos cerca de nuestro hotel para comer. Comimos en un restaurante italiano (como sabéis, la gastronomía inglesa o escocesa no es de lo mejor. De hecho, nos contaron que culturalmente conciben el comer como algo para vivir, no por placer).

Después, aprovechamos que estábamos cerca para subir a la habitación a cambiar al peque e ir después hasta Calton Hill. Para llegar hasta allí, atravesamos por Princess Street dando un paseo. Allí, se encuentra el Monumento a Scott, se erigió en honor al escritor escocés Sir Walter Scot. En estas fechas a causa del aniversario (primeros de noviembre) estaba rodeado de red poppies, que son unas amapolas que representan un símbolo y son un homenaje a los fallecidos británicos en la primera guerra mundial.


Tras atravesar Princess Street subimos hasta Calton Hill. Se puede subir por escaleras más directamente o bien rodeando la colina por una larga rampa. En nuestro caso, para subir con el carrito, más cómoda la segunda opción.

En Calton Hill disfrutamos de las vistas, hicimos unas cuantas fotografías y nos dirigimos de nuevo al centro de la ciudad para ver The Dome, una antigua cafetería de la ciudad que tiene una decoración navideña inigualable. 

Tras pasear de nuevo por el centro de la ciudad y hacer alguna parada técnica, regresamos al hotel para cenar allí algo ligero. No estábamos muy bien del estómago y al día siguiente teníamos que pegarnos un buen madrugón para hacer la excursión a las Tierras Altas y el Lago Ness.

Día 3. Tierras Altas y Lago Ness

Nos despertamos muy temprano porque a las 07.15 salía nuestro autobús que nos llevaría de excursión por las highlands, llamadas así porque son las tierras altas de Escocia en latitud pero no en altitud porque como sabréis, Escocia no es un país de mucha altura sobre el nivel del mar. La salida era desde la Royal Mile muy próxima a nuestro hotel.

- El tour lo contratamos con viajaconescocia.com y nos costó 80 euros por adulto. En caso de viajar con bebés o niños pequeños, disponen de silla de coche para ellos así que genial. El carro se puede llevar sin problema en el maletero del bus.

- La excursión dura el día entero. De 07.30 de la mañana hasta las 19h de regreso a la ciudad aproximadamente.

- Está bastante bien organizado. Cada dos horas aproximadamente se hacía una parada técnica o una de visita. Las técnicas duraban 30 min y eran para ir al servicio, comprar algo de comida y/o tomar un café etc… las de visita como su nombre indican, eran para visitar lo que correspondiese.

Iniciamos el tour con nuestro guía Aleix que fue majísimo y un excelente profesional. La primera parada fue una parada técnica en el pequeño pueblo de Kilmahog. Dispone de baños públicos, una cafetería y una tienda de souvenirs pero su encanto es el increíble paisaje en el que se encuentra. Plagado de ovejas y con un pequeño establo en el que podrás ver las famosas vacas peludas escocesas. Son criadas para perpetuar la raza pero no es una animal que se crie ni para consumo de su leche ni carne.

Nuestro peque disfruto muchísimo de ver los animales al aire libre y los adultos la verdad que también.

Tras los 30 minutos de parada, volvimos a subir al bus para dirigirnos al Valle de Glencoe. Si bien se suponía que la joya de la corona del viaje era visitar el Lago Ness, a nosotros este valle nos deslumbró mucho más y su historia ni qué decir, la masacre de Glencoe.

Una violenta matanza durante los alzamientos Jacobitas que tuvo lugar en este valle donde fueron asesinados mujeres, hombres y niños del clan MacDonald (es importante entender la historia de Escocia y de sus diferentes clanes) por parte de los Campbell, quienes habían aceptado la hospitalidad para vengarse. El motivo de la masacre fue que los MacDonald no habían prometido lealtad al nuevo rey, Guillermo de Orange.

El famoso capítulo La boda roja de Juego de Tronos, está inspirado en esta historia.

Durante la masacre al pueblo de los MacDonald, algunos niños y mujeres consiguieron huir a las montañas del valle pero a la mañana siguiente los hallaron muertos congelados en las cuevas de la montaña. Se dice que los montes del valle representan las lágrimas que lloran sus muertes.

Tras quedarnos atónitos por la triste historia y la hermosura del paisaje, hicimos unas cuantas fotografías y regresamos al bus para continuar la ruta por las tierras altas de Escocia.

La siguiente parada fue el famosísimo Lago Ness. Concretamente, en el pueblo de Fort Augustus. El Lago Ness es rectangular, la extensión es inmensa y en uno de sus extremos se encuentra este pueblo.

Para comer, tiene un mítico local de Fish and Chips y un restaurante chino. Como estábamos mal de la tripa, fuimos al chino a comer algo de arroz a ver si se asentaba un poco nuestro estómago (nada parecido, me sentó fatal…XD). Después, recorrimos el paseo que queda junto al muelle desde donde parten los cruceros que se hacen por el lago para llegar hasta la orilla del lago.

- La parada daba tiempo de sobra para hacer el crucero, los tickets se podían comprar directamente con Aleix para tener descuento pero a nosotros nos apetecía mas andar por la zona que ir a lo largo del lago en barco.

Dimos un paseo después por el pueblo y vimos la preciosa Abadía que a día de hoy pertenece a un club privado.

En cuanto al Lago Ness, no hemos hablado de lo mas importante, su habitante más popular, Nessie. A pesar de las leyendas que rodean su existencia, sigue habiendo creencia y algunas explicaciones de que pueda existir por lo que el Gobierno de Gran Bretaña junto a otras asociaciones, ofrecen un millón de libras a quien obtenga una fotografía de Nessie que demuestre que no está editada. Fuimos todos a la caza! jajaja

Después de disfrutar del paisaje, comer y relajarnos por allí, regresamos al bus para iniciar el viaje de vuelta parando antes en la última parada visita del viaje, el Scottish National War Memorial. Se hizo el atardecer allí y nos dejó una imagen impresionante.

De ahí, regresamos a Edimburgo haciendo antes una parada técnica en otro pequeño pueblo al que ni nos bajamos porque ya era completamente de noche y únicamente tenía una tienda y un baño público.

Cuando regresamos a Edimburgo, nos subimos al hotel a descansar. Cenamos algo de fruta y jamón york que habíamos comprado en un supermercado en Fort Augustus porque seguíamos mal de la tripa. De hecho, mi última parada en el National War Memorial fue algo aparatosa después de un viaje de curvas y un estómago con malestar… 

Día 4. Dean Village y Hollyrood palace

Nos despertamos temprano y sobre las 08.30 de la mañana nos dirigimos andando hacia Dean Village. Se trata de un barrio residencial en la parte de la ciudad nueva de Edimburgo que tiene mucho encanto.

Para llegar hasta allí, aprovechamos a entrar primero porque quedaba de camino, a la tienda museo del famoso whisky escocés Johny Walker. Para los amantes de dicha bebida, hay visitas guiadas con cata incluida.

Cuando llegamos a Dean Village, hicimos unas cuantas fotografías y desde allí, en la parada mas cercana, cogimos el autobús hasta Holyrood Palace.

No teníamos pensado entrar al palacio, pero teníamos tiempo de sobra hasta que llegase la hora de irnos al aeropuerto así que, aprovechando esa excusa y el frío, decidimos visitarlo.

La visita con audioguía cuesta 19 libras por adulto y es por libre. Se tarda alrededor de 2 horas en escuchar todos los apartados para completar la visita.

Al entrar, hay un Family Room donde los niños tienen cuentos, una cocinita, juegos, disfraces etc… Nosotros lo aprovechamos para hacer la visita por separado cuando al peque le empezó a resultar pesada. Uno se quedaba con el niño y el otro visitaba y escuchaba lo que le quedaba.

Tras esta visita, regresamos al centro de la ciudad para comer antes de marchar al aeropuerto.

Nuestro hotel en Edimburgo: 

En Edimburgo, el alojamiento es mas bien caro y la oferta de airbnb nos pareció mayor que la de hoteles. Nosotros estamos acostumbrados y nos gusta más ir a hoteles que a apartamentos aun con el peque. Digo esto, porque bien es cierto que para tema microondas, lavar biberones, etc… el apartamento es más cómodo pero la recepción 24x7 y otras comodidades que ofrecen los hoteles son las que nos hacen decantarnos por estos.

El caso es, que encontramos a buen precio el ibis Edinburgh Centre Royal Mile – Hunter Square. Los Ibis como sabréis son cadenas hoteleras bastante sencillas pero nos convenció porque no había mucho mas donde elegir sin pagar más de 200 euros la noche.

La ubicación es excelente.

El desayuno no merece la pena, tiene poca variedad y era bastante caro para lo que podías tomar.

La limpieza dejaba un poco de desear. Como os decía son cadenas sencillitas pero no justifica las manchas que tenía la moqueta que daban muy mala impresión.

La atención de los recepcionistas, de diez. Nos regalaron un par de bebidas para el bar de abajo. Disponían también de cuna para nuestro peque.

Cuando vuelva a la maravillosa capital escocesa, volveré a buscar alojamiento porque no me maravilló pero si no hubiera de nuevo mucho donde elegir, repetiría porque para una escapada es bastante aceptable.

Espero que os animeis a visitar la maravillosa ciudad de Edimburgo y/o el increible país de Escocia y que esta guía os pueda ayudar!

No hay comentarios:

Publicar un comentario