CÁCERES Y ALREDEDORES EN 3 DÍAS

Como viene siendo costumbre, puente que tenemos libre, puente que intentamos descubrir lugares nuevos. 

En Octubre 2018 una pareja de amigos nos propuso esta escapada y no pudimos negarnos :)
A priori, el destino no me llamaba mucho la atención y es que creo que en la blogosfera viajera, Extremadura es la gran desconocida. 
Pocas fotos había visto de Cáceres en internet y de sus alrededores y me parece increíble porque me ha parecido una escapada ideal y súper recomendable.

En este post, os voy a contar cuál fue nuestra ruta en coche por la provincia de Cáceres. Espero que os anime a hacerla y os ayude a organizar la vuestra.
Itinerario de nuestra ruta
  • Día 1 - Viaje Madrid - Plasencia (llegamos para cenar y dormir). 
  • Día 2 - Plasencia - Monasterio de Yuste - Garganta la Olla - Hervás - viaje en coche a Cáceres (llegada de noche).
  • Día 3 - Cáceres - Trujillo (dormimos en un pueblo cercano a Trujillo, Plasenzuela)
  • Día 4 - Viaje Trujillo - Guadalupe y Guadalupe - Madrid
Aunque a priori parezca que el segundo día de ruta hay bastantes visitas, no tendrás problema para verlos todos. Garganta la Olla y Hervás son pueblos muy chiquititos, en un par de horas como mucho los tendrás vistos con parada gastronómica incluida :) y en toda esta zona, merece la pena disfrutar de la comida.

Plasencia
La noche que llegamos a la ciudad, tuvimos tiempo suficiente para cenar y dar un paseo. Es fácil y cómoda de ver, el casco antiguo no es muy grande por lo que pudimos hacernos una idea global de la ciudad durante esa noche.

Lo primero que llamó nuestra atención y fotografiamos, aunque con pésima calidad, fue la Puerta de Berrozana  una de las puertas de la muralla de Plasencia. 
Atravesándola y perdiéndonos por las calles, vimos también el Convento de San Vicente Ferrer, el cual a día de hoy y por si te interesa como alojamiento, es el Parador de Plasencia. En nuestro caso, el hotel era bastante más modesto pero lo cogimos con las mismas ganas. Así que, tras la primera toma de contacto con la ciudad nos marchamos a dormir.

A la mañana siguiente desayunamos en la Plaza Mayor donde se encuentra el Palacio Municipal y cuyo campanario está protagonizado por el Abuelo Mayorga.
Tras recargar pilas, fuimos paseando hasta la Plaza de la Catedral donde se encuentra la Catedral Vieja de Plasencia, construida en el siglo XIII.
Y a falta de una, Plasencia tiene otra catedral más, la Nueva. Construida en el siglo XV.
Después de ver todo lo imprescindible teníamos la sensación de que nos faltaba algo ya que, no es una ciudad muy grande, por lo que decidimos ir a ver el Parque de los Pinos. La verdad que podíamos habérnoslo ahorrado y haber ganado ese tiempo en carretera. El parque es muy bonito y está muy cuidado, tiene pavos reales... pero nada que no puedas encontrar en cualquier otra ciudad.
No te aporta nada típico ni cultural de la zona. Por lo que sin entretenernos mucho más, nos fuimos a ver el Monasterio de Yuste, a menos de una hora en coche desde Plasencia.

Monasterio de San Jerónimo de Yuste
Es un antiguo monasterio y casa palacio en el que se retiró y murió Carlos I de España y V de Alemania.
Merece la pena coger la audioguía (3 euros) para poder disfrutar más de cada sala. Cuando nosotros llegamos ya no quedaba ninguna disponible y aunque no deja de ser un lugar muy bonito, pierde bastante encanto ya que, me hubiera gustado más conocer detalles de la historia.
Al salir de allí fuimos a visitar Garganta la Olla, está a tan solo 15 minutos en coche desde el Monasterio.

Garganta la Olla
Nada mas llegar, fuimos a una taberna que nos habían recomendado: Taberna Las gemelas y de este modo matamos dos pájaros de un tiro, visitamos el pueblo y aprovechamos la parada para comer.
Disfrutamos de unas deliciosas migas, patatas revolconas, lagarto ibérico, croquetas de boletus y un montón de raciones más a cuál más deliciosa que la anterior.

Con el estómago lleno, dimos un paseo disfrutando de este pequeño pueblo con tanto encanto.
Esta visita tampoco nos llevó mucho tiempo así que, pudimos visitar Hervás, que nos lo habían recomendado muchísimo.

Hervás
Como según nuestro planning, no tendríamos tiempo para disfrutar de la naturaleza del valle del Jerte, hacer senderismo etc... decidimos al menos llegar desde Garganta la Olla hasta Hervás a través de la nacional.

Hervás es un pueblo muy bonito. La zona que más me gustó fue la judería, un barrio que fue habitado por la comunidad judía desde el siglo XIII hasta su expulsión en 1492 mediante el Edicto de Granada promulgado por los Reyes Católicos.
Ya casi con la oscuridad de la noche encima, decidimos marcharnos rumbo a nuestra siguiente parada en el viaje: Cáceres.

Cáceres
Creo que no hay ciudad en España que me haya sorprendido tanto. De muchas otras, ya había escuchado que eran bonitas y vas con ciertas expectativas (que por lo general a mí se me suelen satisfacer) pero en el caso de Cáceres, poco había escuchado e incluso poco me había interesado y no pudo gustarme más. Me atrevo a decir que está en mi Top 5 de ciudades favoritas de España.

La primera mañana, a las 10.30h teníamos reservado un free tour para que nos guiaran por el Cáceres Medieval. Lo recomiendo sin ninguna duda. El tour comienza en la Plaza Mayor, cuesta 6 euros por persona e incluye una degustación de productos típicos en una de las tiendas de la ciudad.
👉Si no lleváis reservado el tour no os preocupéis. En la plaza, desde bien temprano, hay gente de diferentes agencias ofreciéndolos. La nuestra fue con Turismo Passport y salimos encantados.

Nos contaron cosas muy interesantes e hizo que nos fijáramos en detalles arquitectónicos que ya habíamos visto previamente en Plasencia pero que no nos habíamos parado a plantearnos su porqué. Hablo de la construcción de los balcones en esquina, un símbolo para demostrar la riqueza y poder de la familia propietaria, un claro ejemplo está en el Palacio de Carvajal.
El guía nos explicó también curiosidades como que el antiguo Palacio de Mayoralgo fue adquirido por Caja Extremadura para implantar su sede. Cuando comenzaron las obras para habilitar las oficinas, encontraron importantes restos arqueológicos de la ciudad que contaban más acerca de su origen.

Seguimos paseando y aprendiendo curiosidades durante la visita. Como el protagonismo de Cáceres en la vida de Isabel la Católica y la famosa historia de las torres mochadas. Cansada de las constantes enfrentamientos entre los nobles de cada bando pacificó la ciudad y ordenó cortar las torres de todos los palacios que pertenecían a quienes se opusieron a su causa.

Según nos dijeron, quedaron todas cortadas excepto la del Palacio de Diego de Odavando.

Paseando y con música de fondo, la cual nos impedía escuchar nítidamente a nuestro guía, pasamos junto a la Iglesia - Concatedral de Santa María. Nos surgió la pregunta durante el viaje, ¿Qué significa concatedral? Pues bien, es una catedral que comparte la sede con otro templo catedralicio.
Otro lugar impresionante que nos enseñaron durante la visita y que no os podéis perder, es la del Palacio de las Veletas o Casa de los Aljibes. Bajo su claustro, esconde uno de los mejores aljibes hispano-musulmanes conservados de toda la Península Ibérica que permitía abastecer de agua a la ciudad.
Aunque la visita a priori pueda parecer un poco claustrofóbica, no lo es, ni muchísimo menos. No te quedes sin ver esta increíble construcción.

El tour finalizó tras el Arco de La Estrella, la entrada tradicional a la ciudad de Cáceres. Su ángulo es muy peculiar y se construyó así para que permitiera, aún con la estrechez del giro, que pudieran entrar a la ciudad los carruajes.
Quizás os suene también de la serie de televisión  española Isabel o de la ultra conocida Juego de Tronos.
Al finalizar la ruta por el Cáceres más medieval, el guía nos indicó cómo llegar a la tienda donde iban a proporcionarnos la degustación que entraba con la entrada, aprovechando que gran parte del grupo se iría a ello, decidimos "huir" y visitar por nuestra cuenta el resto de lugares que nos quedaban.

Accedimos por el interior de la muralla y fuimos a la Plaza de San Jorge donde se encuentra presidiendo la preciosa Iglesia de San Francisco Javier.
Bajo su escalera, una escultura de bronce que representa una figura dedicada a San Jorge, quien aparece matando al dragón como cuenta la leyenda.
A continuación, regresamos a la muralla, donde podrás subir por 2,5 euros y ver la ciudad desde las alturas. El tramo por el que puedes pasear es bastante pequeño pero las vistas merecen la pena. Aunque no en nuestro caso ya que, nuestro apartamento estaba en plena Plaza Mayor en un segundo piso y desde ahí, teníamos ya unas vistas estupendas de la ciudad.
Enamorados completamente de la ciudad y habiendo visto todo lo imprescindible, decidimos ir a comer y hacer el check out de nuestro apartamento para marcharnos a nuestro siguiente alojamiento, una preciosa casa rústica en un pueblo muy cercano a Trujillo.

Trujillo
Como ya es costumbre, cogimos aquí otro free tour. Era algo tarde y duraba dos horas, de modo que el tiempo que teníamos para visitar la ciudad sería con la guía, pero no nos importó en absoluto puesto que la mujer nos contó la historia con una pasión y una cantidad de conocimientos que nos gustó más aun de lo que podía habernos gustado si llegamos a verla por nuestra cuenta.

👉El tour lo contratamos directamente en la plaza de Mayor de Trujillo. La guía estaba sentada con el típico cartel anunciándolo, así que, aprovechando que quedaba poco para su comienzo, se lo contratamos.
Viendo la ciudad por tu cuenta no tardarás mucho, pero con la cantidad de detalles que nuestra guía nos contó, parece enorme... . Y lo cierto es que históricamente hablando lo es.

Algo curioso de la Alcazaba es que la Virgen que hay en el interior gira. De este modo mira al pueblo y al interior, velando por todos.
Tras dos horas de tour, la noche se echó encima así que, cenamos en el sitio que nos había recomendado todo aquel que conocíamos que había visitado Trujillo, en La Troya. Sinceramente, o hacía mucho que quienes nos lo comentaron habían ido o nosotros tuvimos mala suerte pero la comida no nos pareció nada del otro mundo. Las croquetas de boletus (de las cuales no faltó ración en ninguno de los sitios en los que comimos anteriormente en el viaje) fueron de las peores que probamos en la zona y el resto, nada remarcable... tampoco para mal, pero simplemente no entendimos tanta fama. Supongo que es porque está en pleno centro de la Plaza Mayor y no hay mucho más donde elegir.

Tras cenar, fuimos a tomar un coctel a un pub que nos recomendó la camarera de La Troya, se llama La Abadía y la verdad que es un sitio muy bonito y diferente si os apetece un poco de vida nocturna en Trujillo.

Después de pasar un buen rato y tomar un digestivo 😆nos marchamos a nuestra casa rural en un pueblo en mitad de la nada para dormir y preparar nuestras maletas para volver a Madrid, no sin parar primero en Guadalupe.

Guadalupe
Paramos para visitar especialmente el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Llegamos justo a tiempo para la última visita a su interior (13h).

Merece verdaderamente la pena, el precio de la entrada es de 5 euros y es una visita guiada por las distintas salas (museos) y jardines. Te permiten además acceder a la parte de arriba de la iglesia, algo que me pareció increíble puesto que te permite unas vistas únicas del órgano, el altar y de la Virgen de Guadalupe, la cuál gira y la verás aparecer y desaparecer según el momento.
Tras nuestra visita a este maravilloso pueblo continuamos nuestro viaje de vuelta a casa.
Os animo a hacer una escapada a esta zona y si no podéis, por falta de tiempo, visitar tantos sitios, indudablemente os recomiendo al menos visitar la ciudad de Cáceres, una ciudad preciosa.

🏨Nuestros alojamientos:
Plasencia - Hotel Goyesco. Es un hotel muy modesto, está bien ubicado y para una noche, es suficiente y está limpio.

Cáceres - Soho Boutique Plaza. Súper recomendable. Es un apartamento precioso, con una decoración y cuidados espectaculares e una ubicación inmejorable. Está en pleno centro de la Playa Mayor, su balcón permite vistas directas de la ciudad.

Plasenzuela (cerca de Trujillo) - Casa Rural Esperanza - La casa es preciosa, decorada con un estilo rústico inmejorable. Se comparten con el resto de habitaciones la cocina y el salón pero en ningún momento nos molestó la presencia de ningún otro huésped. A pesar de que está muy bien, no repetiría este alojamiento por la ubicación. Si queréis hacer nuestra misma ruta, intentaría encontrar alojamiento directamente en Trujillo. Solo si no conseguís sitio (como fue nuestro caso) cogería esta opción.


No hay comentarios:

Publicar un comentario