Gran Canaria en 5 días

Retomando viejas y buenas costumbres, decidimos hacer una escapada de 5 días en enero 2023.

Empezamos buscando destinos europeos pero siendo ahora padres viajeros y no solo viajeros, nos decantamos por una escapada que fuera más agradable para nuestro peque y que no estuviera en el carro arropado con el saco y mil capas de ropa durante todo el día mientras nosotros turisteábamos. Ya lo había vivido en Múnich y ahora le tocaba a él estar más a gusto así que, nos decantamos por Gran Canaria y fue la mejor elección que pudimos hacer. De hecho, no descartamos convertir en tradición irnos a una de las islas cada mes de enero, mientras el frío se queda en Madrid.

📆Fechas del viaje: Del 27 al 31 de enero 2023.

¿Cuántos días son necesarios para conocer la isla?

Pues como siempre digo, depende del estilo de viajar de cada uno pero nosotros, sin tiempos de playeo, con un peque en carrito, dejando rutas a parte pero viendo todos los pueblos y paisajes que teníamos apuntados, en 5 días pudimos ver “todo”. Eso sí, nos tiraríamos 15 y no nos cansaríamos.

¿Cómo moverte por la isla?

Lo ideal es moverte en coche y así tendrás total independencia para visitar la cantidad de lugares que tiene. Contratando excursiones seguro que las visitas quedan muy limitadas.

Nosotros hicimos base las 5 noches en el sur de la isla, cerca de Maspalomas y cada mañana conducíamos a nuestro destino. No son trayectos muy largos en ningún caso pero si quisieras dividirte un poco más, podrías alojarte en Las Palmas y en el sur u otra buena opción, sería hacer base todos los días en Las Palmas, tampoco habría trayectos muy largos cada día.

En resumen, dónde elegir alojarte: Las Palmas tiene mucho ambiente pero tiene el inconveniente de cualquier ciudad con el coche. Maspalomas es ideal para ambiente playero pero tranquilo. La Playa del Inglés, es un ambiente más de turista extranjero y/o de fiesta.

Día 1. Playa del Inglés y Mogán. 

Salimos de Madrid con destino Gran Canaria y llegamos sobre las 14h. Nos fuimos a por nuestro coche de alquiler con su correspondiente silla de bebé para coche y marchamos hacia la Playa del Inglés. Entre que recogimos el coche, colocamos la silla, maletas etc.. nos dieron casi las 15.30 así que, decidimos comer antes de que se nos hiciera más tarde. Comimos en El Patio Canario, en la Playa del Inglés.

Tras salir del restaurante, dimos un corto paseo por la playa y nos dirigimos a Mogán. Realmente merece mucho la pena. Tomamos un helado, paseamos por sus preciosas calles y por el paseo marítimo y tras algunas fotografías, nos marchamos a nuestro hotel para cenar y a hacer el check in.

Día 2. Las Palmas – Agüimes y Barranco de Las Vacas

Desayunamos en el hotel a las 9 y salimos a las 10 rumbo a Las Palmas. Teníamos reservado a las 11 un free tour que comenzaba al lado del Teatro

Comenzamos el tour y visitamos la catedral, el mercado de Vegueta, la Casa de Colón, la Casa de Perez Galdós y Triana.

En el mercado de Vegueta podréis aprovechar a degustar frutas típicas de la isla o probar el delicioso café de Agaete del que hablaremos más adelante.

Nos pareció una ciudad preciosa, nos trasladó a La Habana con sus fachadas coloniales y sus coloridas calles.


Al acabar el tour nos fuimos a comer a uno de los sitios recomendados por nuestro guía, La Laguneta donde degustamos entre otras cosas, el gofio escaldado (también recomendado por nuestro guía). Lo describiría como una especie de gachas pero hechas con la harina de gofio y en vez de mezclarse con la grasa de la carne,  con un fondo de caldo de pescado. Se suele servir con cebolla morada que se utiliza a modo de cuchara. Estaba delicioso y a nuestro pequeño, teníamos que pararle o se comía el bol entero.

Después de comer nuestra intención era dar un largo paseo por Las Canteras, la playa de la ciudad (indicado en el mapa el recorrido típico a hacer) pero comenzó a llover así que, nos quedamos a la mitad y paramos a tomar un café en uno de los bares de su paseo.

Después, cogimos el coche y nos fuimos a Agüimes, un pequeño pueblo pero que nos encantó por sus pintorescas calles. No podéis dejar de visitar su famosa escultura al camello.

Después, nos fuimos a ver la espectacular formación natural del barranco de Las Vacas. En el mapa os dejo la ubicación. 

El coche se aparca en el arcén de la carretera y hay que descender a pie saltando el quitamiedos. Es una bajada sencilla pero no quita que hay que tener cuidado. Para que os hagáis una idea, nosotros bajamos con nuestro peque en brazos y el terreno un poco embarrado porque estaba chispeando… Si que es verdad que si os vieseis en la misma situación, sería mejor llevar el porteador para tener las manos libres.

Había un grupo de turistas italianos, pero en cuanto se fueron, nos vimos solos y pudimos hacer alguna que otra buena fotografía. No pudo evitar recordarme al Antelope Canyon de Arizona. 

Después, nos fuimos a nuestro hotel para descansar un poco y cenar.

Día 3. Zona noreste de la isla

De nuevo, salimos sobre las 10 de la mañana del hotel y nos dirigimos a Fataga. Hasta llegar allí, atravesamos el increíble Valle de las Mil Palmeras. Esta isla no dejó de sorprendernos en ninguno de nuestros trayectos, los paisajes son increíbles.

Fataga es un pueblo pequeño pero merece la pena verlo por dónde se encuentra. No lleva mucho rato y compensa parar.

Desde aquí, pillaba en ruta Roque Nublo pero la niebla no permitía ver absolutamente nada así que, fuimos al siguiente pueblo, Tejada. Más grande que el anterior y con unas vistas impresionantes.

Aprovechamos a tomar un café en la terraza de una de sus pastelerías. La gente se llevaba cajas y cajas de dulces pero nosotros estábamos llenos del desayuno del buffet del hotel.

De ahí fuimos al siguiente pueblo en ruta, Artenara. Donde visitamos el mirador de Unamuno, la Iglesia de San Matías, el museo de las casas cueva y el del risco caído.

El museo de las casas cueva es gratuito, solo hay que dejar una donación y es interesante de ver. Merece la pena, el hombre que lo lleva es súper agradable.

El del Risco Caído, muestra en una reproducción lo que hicieron los cavernícolas aborígenes de la zona en las montañas. Un agujero donde accede la luz solar indicando diferentes momentos del día, del año e incluso aludiendo a la fertilidad.

Al lado del museo del Risco Caído hay un restaurante al final de una cueva que es interesante visitar. Podéis entrar sin problema, ver su mirador y tomar algo ahí (si queréis), nadie impide la entrada.

Justo al lado, hay una pequeña subida al Cristo de Artenara. Una escultura dedicada al Corazón de Jesús que si habéis estado en Oviedo, seguro que os recordará al del Monte Naranco. Al menos a mí me recordó, aunque en un entorno más natural si cabe.

No teníamos aún hambre, así que nos fuimos a Teror que además, es más grande. El problema es que era fin de semana y estaba todo a tope así que, sin hacer mucho mas tiempo, nos sentamos en el primer sitio que tuvo hueco.

Nos atendieron bastante bien, aprovechamos a probar el famoso chorizo de Teror (aunque frito, que no es lo habitual) y después, continuamos con nuestra visita turística.

Sin duda hasta el momento, Teror es el pueblo que más me gustó. Su calle principal está rodeada de edificios con preciosos balcones de madera. La preside al inicio, en la plaza, la Basílica de Nuestra Señora del Pino.

De camino al coche, paramos en uno de los puestos que estaban desmontando en la plaza porque había habido mercadillo y merendamos un delicioso alfajor. Mi cuñado es argentino y este dulce lo hace su madre maravillosamente bien así que, cada vez que los veo, tengo que probarlos y como no, compararlos XD.

Para finalizar el día, fuimos a Firgas. Es un pueblo también muy bonito donde lo más destacable es su Paseo de Canarias, la Fuente de Firgas y la Avenida de Canarias.




Día 4. Café con aroma de Agaete

Salimos a las 11 del hotel y nos fuimos camino a la Finca La Laja, Bodega Los Berrazales, en el valle de Agaete. Habíamos reservado la visita el día antes simplemente enviando un email. Avisamos de que llevábamos carrito de bebé y no hubo ningún inconveniente. Para movernos por la finca sí que decidimos coger al peque en brazos pero sobre todo por el momento de bajar a ver la plantación, por el resto, es muy cómoda.

La visita fue para mí lo mejor del viaje. El paisaje es inigualable, cuesta tan solo 10 euros y te hacen un recorrido explicando todo el proceso del café, desde la planta a la taza. También te hacen una visita a la bodega y al final, cata de vinos, de café, degustación de chorizo de teror y bizcocho (keke, de cuando los ingleses llegaron a la isla y de la palabra “cake” los canarios pasaron a llamar a los bizcochos keke). Como curiosidad, el pan que nosotros conocemos como tal, ellos lo llaman bizcochado. 

Tras una mañana de relax y disfrute en la preciosa finca cafetera y comprar un paquete del delicioso café de Agaete a nada más y nada menos que 18 euros los 250 gramos, nos fuimos a ver el pueblo.

Dimos un paseo por el Huerto de las Flores y por su plaza. Como el resto de esta zona, pequeño pero con mucho encanto. 

Tras unas cuantas fotografías, nos marchamos a ver el Puerto de las Nieves. Los acantilados forman un paisaje de postal.

Aprovechamos a comer allí una rica paella en La Dulce Mar. Nos costó algo más que la media de comidas que habíamos pagado durante el viaje, 52 euros los 2, pero estaba bastante bien y el personal fue encantador.

Sobre las 14h nos fuimos a ver El Mirador del Balcón que ofrece una panorámica espectacular (no aptas para personas con vértigo) y de ahí, nos fuimos a Arucas.

No pudimos visitar la destilería porque estaba cerrada, te recomiendo que cuadres muy bien tu itinerario si quieres verla ya que, algunas tardes no abre. Nosotros no teníamos otra ocasión para visitar el pueblo así que, aun sabiendo que no íbamos a poder visitarla, fuimos a verlo. El pueblo también merece la pena.

Lo más destacable es su iglesia, su avenida principal, la Casa del Archivo y las letras que anuncian el nombre del pueblo.

Día 5. Maspalomas

Aún estando alojados en esta zona, dejamos para el último día la visita a la playa más famosa de la isla, Maspalomas. Y desde luego, su fama es bien merecida. Kilómetros y kilómetros de dunas inmensas de arena que se abalanza sobre el paseo marítimo cuando sopla el viento.

Hicimos el recorrido de su extenso paseo y paramos a hacer unas cuantas fotografías y a que el peque sintiera la arena en sus pies. Cosa que por cierto, no le gustó ni un pelo jajaja

Después, aprovechamos para poner una chincheta más en nuestro mapa de Hard Rock Café por el mundo.

Con el estómago (súper) lleno, nos fuimos al aeropuerto para devolver el coche de alquiler e ir asimilando nuestro final de vacaciones de un viaje que nos maravilló y que sin duda repetiremos.

Nuestro hotel en Gran Canaria:

Suites and Villas by Dunas

Las habitaciones del hotel son suites en tipo casita, con jardín incluido. La habitación era preciosa, limpia, decorada con gusto, el salón amplio, tuvieron el detalle de dejar cubiertos y platos aptos para nuestro bebé, la cuna perfectamente preparada… repetiríamos sin duda.

Nosotros cogimos media pensión y desayunábamos y cenábamos. Por poner una pega, la variedad de las cenas era algo escasa. Todas las noches el buffet era muy similar y solo cambiaban algunos platos de un rincón específico donde cada noche tocaba gastronomía de un país diferente: mexicana, china, italiana…

Aún así, nos resultó muy cómodo porque es cierto que la zona de Masplomas no es la típica con paseo marítimo plagado de restaurantes y para ir con el peque, cenar e ir directos a la habitación, resultaba muy cómodo.


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