Parte 8. San Francisco en 4 días.

Tras nuestra ruta en coche desde Yosemite visitando de por medio la interesante zona de Silicon Valley, llegamos por fin a San Francisco.
Lo primero que hicimos fue aprovechar para visitar Twin Peaks. Las vistas que ofrece son alucinantes pero aquí, nos dimos cuenta que el tiempo en esta zona cambia completamente. El viento nos arrastraba (literal).

A continuación, nos dirigirnos a nuestro hotel, el Marines Memorial. Tras hacer el checkin subimos a la habitación para asearnos, dejar las maletas e ir a dar un paseo por la zona más cercana al hotel. Ya era tarde para iniciar una ruta intensa de turismo.

Cenamos en una taquería cercana unos deliciosos burritos por 26 dólares por pareja. En toda esta zona hay mucha inmigración latina por lo que hay bastantes lugares donde podrás disfrutar de comida auténtica mexicana.

A la mañana siguiente nos despertamos a las 06.30 y nos dirigimos a desayunar al restaurante del hotel (lo teníamos incluido. ¡Lógico! con lo que nos costó el alojamiento...). Llevábamos 11 días desayunando bollería industrial en las habitaciones de cada hotel y por fin, podíamos disfrutar de un buen desayuno variado: tortillas, gofres, cereales, café, zumo... Nos deleitamos un buen rato y a las 08.30 nos marchamos al parque Golden Gate. 
Nos dirigimos hasta allí cogiendo el autobús número 38. No tendréis ningún problema en moveros en transporte público, Google maps es vuestro amigo :)
Sinceramente, la visita al parque no merece mucho la pena. Si tenéis que condenar algo de la ciudad, puede ser esta zona.
Lo único curioso que tiene es que hay un grupo de bisontes en un área. ¿Qué hacen hay? Salvar la especie. Cuando el bisonte americano estuvo a punto de extinguirse, se llevaron algunos a este parque. Nosotros tuvimos la suerte de poder verlos.
Otra cosa que podemos destacar del parque es las vistas al Océano Pacífico (si la niebla os lo permite).

Cansados de andar por andar, con la niebla baja y algo de fresco (lo cual cambió a las pocas horas), cogimos el bus 5R hasta el barrio hippie de San Francisco, Haight Hasbury. Paseamos por las excéntricas tiendas, observamos las típicas casas victorianas de la ciudad y esperamos sentados en Buena Vista Park a una pareja de amigos de nuestros compis de viaje que estaban allí de luna de miel.
Cuando llegaron, los seis paseamos un buen rato por el parque y cansados de subir cuestas, nos dirigimos después a Castro el "barrio gay" de la ciudad. Paseamos por sus calles y cruzamos por sus coloridos pasos de cebra aunque a día de hoy, no es tan excéntrico como imaginamos que sería antes de 2013, cuando se permitía ir desnudo por la calle.
Desde aquí fuimos a Mission Dolores Park. Este parque ofrece unas vistas preciosas de la ciudad sobretodo, si el día está despejado como fue nuestro caso.

A pesar de todo lo que habíamos leído en cuanto al clima de San Francisco, nosotros tuvimos una suerte increíble. Sí que en algunos momentos vestíamos chaqueta o jerséis finos pero nada en comparación a lo que imaginábamos. Igualmente, conviene que lleves una sudadera y un pantalón largo en la maleta destinado a esta parte del viaje (por si acaso).

Desde ahí, bajamos a Balm Alley para disfrutar de los preciosos murales de arte callejero que inundan la calle. 
Cansados de subir y bajar cuestas, porque otra cosa no, pero en San Francisco hay para aburrir, nos fuimos a comer. Entramos en un mexicano, Taconea. Donde comimos unas deliciosas quesadillas y nachos. Con lo que me gusta la comida mexicana os puedo asegurar que tras la vuelta de este viaje, regresé harta de ello je,je.

Con las pilas recargadas y el estómago lleno, nos dirigimos a Women's Building. Lo primero que te impresionará de dicho edificio será su enorme mural que abarca toda la fachada. Se trata de un centro comunitario de educación y arte sin ánimo de lucro dirigido por mujeres.
Desde ahí, fuimos a visitar el edificio más antiguo de San Francisco. Se trata de una iglesia, Misión Dolores.

Y para ir finalizando el día, nos dirigimos a ver otro de los símbolos de esta ciudad de calles empinadas, las Painted Ladies. Las habrás visto cientos de veces en la televisión, seguramente en la cabecera de Padres Forzosos, aquella mítica serie de televisión... Estas casas de estilo victoriano se construyeron entre 1849 y 1915 y sin duda, con sus preciosos colores, son las protagonistas absolutas del parque Álamo Square, ubicado justo en frente. 
En San Francisco hay multitud de casas de este estilo y también muy conocidas. Otro ejemplo es, la casa de las hermanas Piper, Phoebe y Prue, Embrujadas. Nosotros no la buscamos porque ninguno éramos fan de la serie pero para quien lo sea, que sepáis que allí está :)

Estuvimos un buen rato sentados en el césped de Álamo Square, haciendo fotos, charlando, reposando la comida y descansando... habíamos andando poco desde que salimos de comer y aún así, las cuestas provocan un cansancio continuo.

Tras un buen rato allí, nos despedimos de la pareja que había pasado el día con nosotros y nos fuimos a tomar un helado a Smitten. Nos lo recomendó un amigo de nuestra compi de viaje, Verónica y la verdad, merece la pena... eso sí, como todo en esta ciudad, es caro. Ocho dólares la unidad...

Fuimos paseando y disfrutando de nuestro súper helado con cookie hasta el Ayuntamiento de San Francisco. Se encuentra en el Civic Center. Fue abierto en 1915 y el edificio es increíble, se compone de una enorme cúpula, la más alta de Estados Unidos con sus 90m. La entrada es gratuita y está abierto de 08 a 20h.
Como estábamos a tiempo, accedimos a su interior. Resulta que cuando entramos, había un evento de empresas (la gente iba identificada con tarjetas de famosas auditorías y consultorías). Nos indicaron que solo podíamos visitar la tercera planta pero como nosotros somos muy curiosos y podíamos "hacernos los guiris", nos movimos un poco por allí para curiosear. Vamos, que no nos tomamos una copa del catering por vergüenza. Subimos varias plantas y aprovechamos para ir al servicio pero claro, ese abuso de confianza hizo que el empleado de seguridad, nos indicara muy amablemente que no podíamos andar por allí, que simplemente nos mantuviésemos en la planta 3.
Nos reímos muchísimo imaginando situaciones posibles en el evento y nos marchamos, tampoco queríamos molestar je,je.

Desde allí, fuimos a la mítica calle donde se encuentra Cable Car, el tranvía tradicional de San Francisco. Debido al elevado coste de mantenimiento de este antiguo medio de transporte, en 1947 estuvo a punto de desaparecer pero los ciudadanos lucharon su continuidad y en 1964 el cable car, fue declarado Patrimonio Histórico Nacional.

El precio de este tranvía es mucho más elevado que el actual, el billete cuesta 7 dólares. Si queréis vivir la experiencia, tendréis que pagarla. Si no, podéis conformaros con ver cómo gira en Powel Street Station. Nosotros no pudimos ver el tradicional porque estaban reparándolo así que, el que giraba era uno de los vagones de tranvía eléctrico actual.

Después fuimos a visitar el edificio de la Ópera de San Francisco y por último nos fuimos a cenar. Esta vez le tocaba elegir a nuestro compi Isidro, quien estaba también harto de quesadillas. Fuimos a un restaurante chino en Chinatown. El aspecto del local no era el más limpio posible, incluso la salsa agridulce estaba echada en un bote de otra marca de salsa... sin pensar en cómo de limpia estaría la cocina y viendo que estaba lleno de chinos, disfrutamos del menú y nos fuimos a dormir al hotel.

A la mañana siguiente nos despertamos temprano porque nuestra visita a Alcatraz era a las 08.45 y teníamos que estar media hora antes para tomar el ferri.


Subimos a desayunar a las 07h y a las 08 pedimos un Uber con dirección al Pier 33, desde donde salen los ferris a Alcatraz. En cuanto llegamos, tan solo tardamos 15 minutos en el trayecto, nos pusimos a la cola y cuando abrieron, subimos al barco.

Cuando llegamos a la isla comenzamos la visita con la audioguía. Dura aproximadamente una hora y media pero puedes estar allí todo el tiempo que quieras.

Al acabarla, nos dirigimos andando hacia el Pier 39 quizás el más famoso de la bahía. Está plagado de restaurantes. Tiene un ambiente típico de película americana. En él se respiran las mismas sensaciones que en el muelle de Santa Mónica, donde estuvimos 13 días atrás.

Otro atractivo turístico del muelle, o mejor dicho, el mayor atractivo, es la zona donde se encuentran los leones marinos. Nos podríamos haber pasado horas mirándolos, son súper graciosos.
Parece ser que un terremoto en 1989, el agua fría y la cantidad de tiburones que hay en el mar, ayudan a que estos mamíferos hayan ido quedándose allí.

Tras un rato disfrutando de ese momento, sobre las 13h nos fuimos a comer. Esta vez, nos apetecía hamburguesa y por qué no, algo de marisco o pescado así que, fuimos a probar Bubba Gump. El mítico restaurante que se menciona en la película de Forrest Gump. El local cuida mucho los detalles. A la entrada hay un banco con una maleta donde podrás interpretar por unos segundos a Forrest. Si sois fan de la película y os gustan las hamburguesas y las gambas os lo recomiendo. El precio para 4 personas fue de 87 dólares.
Al terminar de comer decidimos ir hasta Tower Coit. Estábamos algo cansados y esto finalmente nos remató. Para llegar hasta donde se ubica la torre ya nos dimos un buen paseo pero es que para llegar a su base, tuvimos que subir cientos de escalones. Al menos durante el ascenso disfrutarás de ver el barrio Napier Lane que se compone de casas con mucho encanto.

La torre se construyó en 1933 usando el legado de Coit, una mujer de la alta sociedad de San Francisco a quien le encantaba ser voluntaria en apagados de incendios de la ciudad ya que, hasta 1866 no hubo un cuerpo de bomberos en San Francisco. Cuando Coit murió, dejó un tercio de sus propiedades a la ciudad para embellecerla. En homenaje a su buena relación con el cuerpo de bomberos se construyó esta torre la cual dicen, se asemeja a la boquilla de una manguera.

Subir a la torre cuesta 9 dólares. Nos parecía algo caro ya que, las vistas desde la base ya son suficientemente buenas así que no subimos. Desde abajo podrás vislumbrar toda la ciudad, el Golden Gate y Alcatraz.

De ahí descendimos por Telegraph Hill hasta Little Italy. Allí las cafeterías son muy monas y te vas haciendo a la idea del "palo" que te van a dar por sentarte a tomar algo pero como estábamos cansadísimos y nos apetecía un café mejor que el americano, decidimos sentarnos a ver si el nombre de Little Italy hacía justicia al café.

Nos cobraron 4,5 dólares por cada taza y 2.30 por 3 pastas de té... Desde luego era algo mejor que el americano pero ni comparación al que puedes tomar en Italia y mucho menos, por ese precio.
Con la billetera algo más vacía, continuamos por el distrito financiero donde vimos la famosa Pirámide Transamericana el segundo rascacielos más alto de la ciudad. Cansados, decidimos regresar al hotel a recuperarnos un poco. Habíamos visto todo lo que "teníamos que ver" en el día y aun eran las 17 así que, subimos a la planta alta de nuestro hotel donde cada tarde hasta las 19h era la happy hour y podíamos tomar cualquier copa gratis. Subimos, nos tomamos un San Francisco en San Francisco (el camarero se inventó la receta) y hablamos un rato con los americanos que estaban en la barra.

Nuestro hotel es un memorial a los marines y durante la semana, tuvo lugar una firma de libros de un antiguo general que hizo que varios de ellos se alojaran allí. Durante un par de tardes tuvimos el placer de que nos contaran historias de su trabajo mientras tomábamos una copa. Algunos, muy mayores y marcados por las distintas vivencias, nos dejaban sin habla con sus recuerdos. Sin duda, estas cosas de los viajes son las que hacen especial conocer mundo.

Sobre las 19.30 bajamos a dar otro paseo, esta vez más relajado. Aprovechamos para hacer compras. Entre ellas, algo de ropa extra ya que, calculé mal los días en San Francisco y mi vaquero iba a empezar a andar solo jajaja.

Con un par de bolsitas en mano, nos fuimos a cenar. Acabamos en un sitio donde servían Gyros. Es una especie de kebab pero es tradicionalmente griego. La compi de mi amiga que estuvo con nosotros el día anterior y quien tenía familia en América, nos contó que no ha conseguido verlos en otro lugar que no sea Estados Unidos así que, aprovechamos.

Al día siguiente nos despertamos a las 07.30 de la mañana, algo más tarde de lo habitual porque el día iba a ser más relajado. Estuvimos desayunando y a las 08.30 cogimos un Uber hacia Lombard Street, la mítica calle en cuesta donde la carretera serpentea entre bonitos arbustos. La calle estaba abarrotada de turistas, conseguir una buena foto fue todo un reto. Hicimos unas pocas y nos marchamos a buscar una casa de alquiler de bicis para ir hasta Sausalito.

El alquiler de la bicicleta nos costó 38 dólares por persona (comparamos en dos casas y más o menos, rondan esos precios). El paseo por todo San Francisco en bici es una pasada. No es una ruta muy dura, cualquiera puede hacerla y lo recomiendo totalmente. La ruta está muy bien adaptada el 99% del recorrido. Este día para mí, fue uno de mis favoritos del viaje.

En varios tramos, paramos a hacer fotos. Hacía un día maravilloso, nada que ver con el San Francisco nublado que nos habían descrito. Atravesamos el puente (siempre con cuidado de los peatones y de las bicis que van en el otro sentido) y llegamos hasta Sausalito.
La ciudad es de cuento. Teníamos apuntado en nuestro itinerario comer en Hamburguers pero nos equivocamos y acabamos al lado en un bar que se llamaba "Hamburguers - Fish and chips". Igualmente, nos supo a gloria.

Tras pasear un rato por las preciosas calles de la ciudad y comprar en las tiendas de souvenirs algunos recuerdos, cogimos de nuevo nuestra bicicleta y fuimos hasta las Boat Houses. Éramos los únicos turistas por la zona, no vimos a nadie mas así que, daba gusto pasear por el muelle, hacer fotos e imaginarnos viviendo en esas preciosas casas flotantes.
Para volver a San Francisco, teníamos dos opciones. Regresar en bici o en ferri. El ticket de vuelta en ferri lo compras en la casa de alquiler por 8 dólares más. Si no lo usas, al regresar te devuelven ese dinero así que, no seas valiente y cógelo por si acaso. Siempre podrás devolverlo y puede que a la vuelta desees tenerlo por el cansancio.

Nosotros lo utilizamos porque preveíamos que la vuelta sería mucho más dura. Para venir descendimos bastantes cuestas que ahora tocaría subir.

Cogimos el ferri de las 17.35h y tardó 50 minutos en volver porque hacía una parada previa en Tiburón, nos dejó en el Pier 33. La tienda de alquiler nos dijo que estaban abiertos hasta las 18 pero que hasta las 20, podíamos dejarlas en otro almacén cercano (tuvimos que usar esta opción).

Tras dejar las bicicletas, aprovechamos para ir comprar una bolsa de viaje grande para meter todo lo que habíamos comprado durante el viaje. Las vacaciones se acercaban a su fin y vinimos con el equipaje justo sin embargo, entre las compras que habíamos hecho en Las Vegas y San Francisco, necesitaríamos facturar a la vuelta una maleta con todo lo nuevo.

Para regresar al hotel desde el Pier 33, cogimos otro Uber. Nos fuimos a cenar a un italiano que estaba cerca y organizamos las maletas, a la mañana siguiente abandonaríamos San Francisco.

Nuestro siguiente tramo de viaje fue uno de los más espectaculares en cuanto a paisajes y duro en cuanto a coche pero si empiezas y acabas o bien en Los Angeles o bien en San Francisco, merece la pena disfrutarlo.


Big Sur - Ruta para cerrar un viaje por la costa Oeste.


Tips para San Francisco.

- El alojamiento en la ciudad es carísimo, compara mucho y reserva con tiempo y con cancelaciones gratuitas para seguir comparando. Solo 4 días en San Francisco pueden subir al presupuesto de tu viaje hasta 1000 euros por pareja únicamente en alojamiento.


- Aunque sea caro, merecerá la pena que pagues el alojamiento en la zona céntrica de San Francisco y no irte a barrios como Oakland. Son bastante peligrosos. En el aeropuerto de vuelta conocimos a una pareja que se alojó allí y nos contaron que prefirieron perder el dinero e irse a San Francisco porque no querían ni salir del hotel.


- El aparcamiento en la ciudad está muy complicado y los parking públicos cuestan más de 40 dólares al día. Seguramente el parking de tu hotel sea la mejor opción. Intenta buscar alojamiento que disponga de ello.


- En la ciudad verás que hay muchísimos mendigos, el estado de California les da muchas ayudas y esto genera que ciudades como Los Angeles o San Francisco estén llenas de vagabundos.


- Moverte en transporte público es muy sencillo, como siempre, Google Maps te dará todas las indicaciones para llegar a tu destino. Si vais varios, seguramente os merecerá la pena utilizar Uber, nosotros casi siempre usamos esta opción.


- Dos imprescindibles de la ciudad me parecen la excursión en bici a Sausalito y la visita a Alcatraz.


- Si eres un friki de la tecnología o un curioso, no dudes en visitar la zona de Silicon Valley. Si vas o vienes desde Yosemite, no tendrás que desviarte en ruta para conocer lugares como la Universidad de Stanford, el campus de Google etc... en mi post anterior, tenéis todas las visitas de esta zona.

Nuestro hotel
Marine's Memorial Club&Hotel

El hotel tiene una ubicación excelente, está en zona de restaurantes, tiendas, etc... El desayuno es muy variado y a nosotros nos incluía en el precio. Aunque recordad que la propina en Estados Unidos es "obligatoria" por lo que al final cada mañana, pagábamos por desayunar.

La habitación que nos tocó era pequeña para 2 parejas, pedimos que nos cambiaran hasta 3 veces y nos pusieron muchas excusas. Como contaba más arriba, había una convención de un libro y parece ser que estaba lleno. Fue la única pega que le encontramos.

Cada día podíamos disfrutar de la happy hour en la última planta y tomar todo lo que quisiésemos en la barra. Allí conocimos a muchos marines que nos contaron sus historias.

Como el hotel es un homenaje a los Marines de Estado Unidos y la mascota de esta rama de las fuerzas armadas es un bulldog inglés, en el hotel tienen 4! Solían estar remoloneando en recepción.

Sin duda, lo recomendamos.

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