Nuestro viaje a Indonesia ha sido increíble, hemos visto lugares alucinantes, hemos conocido gente majísima, nos hemos hartado de comer Nasi Goreng y hemos vivido una de las experiencias más aventureras de nuestra vida que ya contaré más adelante, vamos por pasos.
👉A nivel global, ya os expliqué como organizamos nuestro viaje de dos semanas por Indonesia, aquí os dejo el enlace.
El viaje lo comenzamos el día 8 de Septiembre en Yogyakarta.
Salimos de Madrid el día 6 y tras 24 horas volando en 3 aviones diferentes (Madrid - Dubai - Yakarta - Yogyakarta) llegamos el día 7 a nuestro hotel únicamente con ganas de cenar y acostarnos para al día siguiente comenzar con uno de los viajes más bonitos de mi vida.
Día 1 - Prambanan y Kotagede
Por la mañana temprano nos recogía nuestro chofer y guía Endif para visitar el templo hinduista más grande del mundo, Prambanan.
Consistía en un complejo de 200 templos dedicados a la Trímurti, la expresión de Dios como el creador (Brahma), el Protector (Vishnu) y el Destructor (Shiva), pero tras dos terremotos muy fuertes en los años 1006 y 2006, gran parte quedó destruida.
A pesar de todo, los 3 templos principales están en muy buen estado y podrás disfrutar viéndolos tanto por fuera como por dentro.
En el centro, el más importante dedicado a Shiva y a cada lado de éste están Brahma y Vishnu. Cada uno de ellos tiene enfrente otro templo de menor tamaño que contenían sus respectivas monturas. Nandi, un toro, frente a Shiva (destructor). Hamsa, un ganso, frente a Brahma (creador) y un águila, Garuda, frente a Vishnu (protector). A día de hoy, solo queda en pie la montura de Shiva, el toro, los otros dos solo contienen ruinas.
El templo más espectacular e importante de todos es el de Shiva, el dios más poderoso de los dioses hindúes, con sus casi 50 metros de altura y su exterior con las paredes talladas narrando la historia del texto épico de Ramayana.

En el templo estuvimos un par de horas, Endif nos contó muchas cosas interesantes acerca del mismo. El tiempo de la visita dependerá de tu interés por el lugar, la religión, si eres de hacer muchas fotos etc...
Al terminar la visita de los templos principales, dimos un paseo por el complejo hasta llegar a otros tres más pequeños, Candi Lumbung, Candi Bubrah y Candi Sewu.
Tras haber visto el impresionante Prambanan, los templos de Lumbung y Bubrah no despertaron mucho nuestro interés, les dedicamos un par de minutos, sin embargo Sewu nos gustó mucho y además estaba muy tranquilo ya que la mañana se iba echando encima y la mayoría de turistas estaban en Prambanan.

Una vez terminamos de visitar el complejo de Prambanan, nos acercamos a otro pequeño templo que quedaba cerca, en el pueblo de Bugisan, el Candi Plaosan.
Más tarde nos acercamos en coche a la galería y tienda Wiji Hartono donde nos enseñaron la tradicional técnica de pintura Batik. Un método para pintar telas alucinante, el trabajo consiste en realizar primero un dibujo sobre una tela blanca a posteriori, se va poniendo cera sobre las partes del dibujo que no quieras colorear con el primer tinte ya que ésta hace de impermeable, se tinta la tela y las partes de cera quedan blancas una vez se retire. Cuantos más colores se quieran utilizar, más trabajoso es como podéis imaginar ya que habrá que poner cera y tintar cuantas veces sea necesario. Nosotros compramos una tela que pondremos en un marco y colgaremos como cuadro. Allí tienen muchas preciosas y además son fáciles de llevar en la maleta, además puedes pagar con tarjeta, euros o rupias.
Por si os interesa visitar esta galería, os dejo la dirección: 29 A Timoho Street Yogyakarta 55225.
Instrumentos para trabajar la técnica batik. |
Cuando viajo a países tan diferentes, me encanta visitar los mercados. Aunque llegamos por la mañana, había poca gente porque abren de madrugada en torno a las 4 a.m. y comprar a esa hora es más barato.
Después continuamos visitando las casas tradicionales en Kotagede. Allí nos recibió una familia encantadora con la que nos hicimos unas cuantas fotos, algo que me sorprendió en Yogyakarta es que los occidentales les llamamos mucho la atención, tanto en Prambanan como por la calle nos pararon para hacerse fotos con nosotros, ya había leído que te hacen sentir como una estrella de rock.
Nos explicaron cómo debe ser la disposición de una casa Indonesia tradicional y típica, con un "porche" fuera cuya zona es para invitados y en frente, lo que sería la casa para la familia, el porche siempre debe estar a una altura inferior... Todas reciben ayudas del gobierno de Indonesia para su mantenimiento. Si alguien quisiera comprar una, no podría realizar cambios que fueran contra la disposición tradicional.
Cartel a la entrada de las calle de casas tradicionales |
Tras finalizar, nos marchamos de vuelta al hotel ya que al día siguiente teníamos que madrugar mucho para ver el amanecer en Borobudur.
Día 2 Borobudur - Mendut - Pawon - Candirejo
A las 04.00 de la mañana Endif nos recogía en nuestro hotel para dirigirnos a Borobudur, el monumento budista más grande del mundo. No he dicho templo si no monumento, porque como nuestro guía nos explicó, Borobudur no tiene salas para el rezo ni para depositar ofrendas por tanto, no es un templo, es un lugar que ayuda a la meditación.
Está situado a 40km de Yogyakarta, dominado por la presencia de Merapi, el volcán más activo del planeta y el cuál asoma en la distancia.
Cuando llegas a Borobudur, tendrás que enseñar las mochilas y pasar por un arco de seguridad, según nos contó Endif, hace años atentaron con explosivos. A continuación, hay una pequeña cafetería donde podrás desayunar algo, no permiten consumir nada del exterior. Nosotros nos tomamos un café para coger energía y comenzamos a subir. Para poder subir de noche te dan una pequeña linterna por persona que además podrás quedarte de recuerdo, no hay que devolverla.
La imagen del paisaje a oscuras en el que solo se veían las luces de nuestras linternas y las estrellas, fue una de las cosas que más bonitas me parecieron de habernos animado a coger la entrada del amanecer. Según nos íbamos acercando íbamos distinguiendo esa mole imponente, esa flor de piedra, Borobudur.
Nada más subir, buscamos un buen sitio donde hubiera la menor cantidad de gente (algo difícil aún en ese horario) y de cara a la salida del sol para ver un amanecer espectacular.
Con el cielo ya clareando iba apareciendo más gente y cada vez eran más los que se ponían nerviosos intentando conseguir la foto perfecta, lo que muchas veces les llevaba a faltar el respeto. Había gente sentada en las estupas, pisándolas para pasar de un lado a otro, etc...
En cuanto salió el sol, nos movimos para pasear y que Endif nos explicara todos los detalles posibles de ese lugar tan increíble. Nos contó que la subida a Borobudur tiene un sentido concreto, con él subimos por el contrario por ver la salida del sol, pero en el peregrinaje budista debe hacerse al contrario y ascienden desde la base hasta la cima a través de 10 niveles, separados en 3, que definen la cosmología budista.
Mientras que en los templos hindúes como Prambanan la decoración típica es la flor de loto boca abajo representando el símbolo reproductor femenino, en los budistas son las estupas. Borobudur dispone de más de 70 de estas campanas de piedra perforadas que contienen en su interior un buda. El monumento además, está decorado por paneles de piedra en relieve que narran diferentes historias, en uno de los niveles se cuenta la vida de Buda.
A mi me pareció un sitio increíble, el monumento y el entorno ya que como la mayoría de lugares religiosos está situado en un lugar privilegiado. De echo Borobudur significa literalmente cima-colina (Boro -cima, Budur - colina).
Llama mucho la atención el inmenso árbol que hay al lado, un árbol muy típico allí en el que las ramas penetran en la tierra convirtiéndose en raíces y haciendo crecer nuevas ramas al lado. De él cuelgan un montón de lianas donde los propios guías y locales te animan a que te cuelgues para hacerte una foto divertida, no se rompen!.

Después de esta pequeña visita, vimos otro pequeño templo, Pawon, que nos quedaba muy cerca de nuestra siguiente excursión organizada, un paseo en carro por el pueblo de Candirejo.
Lo que a principio puede sonar a turistada nos encantó, la guía con la que estuvimos es un encanto, nos contó muchísimos detalles de la forma de vida de los javaneses, desde la edad a la que suelen casarse hasta el número de hijos que suelen tener, incluso nos contó que el gobierno Indonesio recomienda a los javaneses no tener más de dos porque la población está incrementándose muchísimo y la mayoría se trasladan a vivir a Yakarta, donde hay "demasiada" gente.
Comimos allí productos típicos que estaban alucinantes y que acompañamos con un té de Jazmín y azúcar morena pura, espectacular.
Al acabar la visita, Endif nos quiso enseñar antes de llevarnos al hotel, una fábrica de un producto que para los javaneses es imprescindible, como para nosotros el pan. Se trata del bakpia, a mi me supo a mazapán, demasiado empalagoso para utilizarlo como acompañamiento pero estaba bueno. Antiguamente la masa estaba mezclada con cerdo, pero como actualmente la mayoría de la población en Indonesia y concretamente en Java es musulmana, se mezcla con verduras.
La fabrica no está pensada como una visita turística, todos los que estaban allí eran locales comprando para sus casas. Endif de echo, se llevó unas cuantas cajas.
El resto de la tarde lo pasamos descansando todo lo que no habíamos podido la noche anterior. Con el madrugón para ver el amanecer en Borobudur y la cantidad de visitas, acabamos muertos, pero mereció la pena. Descansamos un poco en la piscina y nos echamos una buena siesta además de colocar las maletas ya que, al día siguiente en torno a las 14h salía nuestro vuelo con destino Bali.
Día 3 Palacio del Sultán y Taman Sari
Endif nos recogeío a las 10 para visitar el Palacio del Sultán y el Castillo del Agua antes de marcharnos al aeropuerto, así que una hora antes decidimos salir por nuestra cuenta a dar un paseo por las calles de Yogyakarta, puedes caminar con toda tranquilidad, salvo tener que pararte a hacerte un par de fotos con algún Javanés que quiera hacerte sentir como un actor de Hollywood, te sentirás muy seguro.
La primera visita, el Palacio del Sultán, la verdad que no es ni muy atractiva ni muy entretenida, se trata de la casa actual del Rey de Indonesia y hay habilitadas ciertas salas con objetos, trajes, armas etc... de las distintas épocas y pertenecientes a los distintos reyes que ha tenido el país. Como algo cultural, puede ser interesante. Si os interesase, los domingos hay baile y orquesta.
Por último, visitamos el Taman Sari o Castillo del agua (bautizado así por los holandeses), esta visita sí que me sorprendió gratamente. Al ver sus escaleras, me recordó un poco a las típicas que vi en muchas iglesias de Braga, Portugal y es que no iba mal encaminada, este castillo fue diseñado por un arquitecto portugués.
Se trata de un antiguo palacio de recreo para los sultanes de Yogyakarta. Disponía de varias piscinas para las mujeres, los niños y las concubinas, así como de sus respectivos vestuarios, cuyas salas aún existen.
Endif nos contó que en su momento esta residencia estaba unida con la actual del sultán y se podía llegar de una a otra en canoa ya que estaban unidas por un canal. Las construcciones de casas nuevas en los alrededores, modificaron el lugar y hoy en día hay que llegar por carretera.
Al salir de aquí, nos fuimos directos al aeropuerto para coger nuestro vuelo a Bali.
En breves tendréis disponible los post con la continuación del viaje, qué os ha parecido hasta ahora? Espero que este os haya gustado y os ayude a organizar vuestro viaje ;)
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